El 1 de octubre de 2024, astrónomos que utilizan el telescopio espacial James Webb (JWST) de la NASA identificaron dióxido de carbono y peróxido de hidrógeno en la superficie de Caronte, la luna más grande de Plutón. Este descubrimiento innovador fue realizado por un equipo de investigación del Southwest Research Institute en Colorado y publicado en la revista Nature Communications.
A pesar de estudios previos desde el descubrimiento de Caronte en 1978, la presencia de estas moléculas había permanecido indetectada hasta ahora. El espectrómetro de infrarrojo cercano (NIRSpec) del JWST permitió a los científicos llenar vacíos en el conocimiento sobre la composición de Caronte.
La investigadora principal, Silvia Protopapa, afirmó que los hallazgos revelan evidencia de la formación de Caronte a través del dióxido de carbono detectado y sugieren procesos de irradiación a través de la presencia de peróxido de hidrógeno. Caronte, que mide aproximadamente 1,207 kilómetros de diámetro, se encuentra en el Cinturón de Kuiper, una zona poblada de escombros helados, cometas y planetas enanos.
Si bien se esperaba la presencia de dióxido de carbono debido al disco protoplanetario del que se formó el sistema de Plutón, la detección de peróxido de hidrógeno fue inesperada. Este compuesto, también conocido en la luna Europa de Júpiter, sugiere que la superficie rica en hielo de agua de Caronte está siendo alterada activamente por la luz ultravioleta solar, partículas energéticas del viento solar y rayos cósmicos galácticos.
El JWST continuará observando Caronte para abordar las brechas espectrales no examinadas, lo que podría ampliar el inventario químico de la luna y descubrir otros mecanismos en acción.