Investigaciones recientes, lideradas por científicos de la Universidad de Bordeaux y la Universidad de Michigan, sugieren que los Neandertales incorporaban larvas de insectos en su dieta. Este hallazgo, publicado en la revista Science Advances, desafía la visión tradicional de los Neandertales como hipercarnívoros. Durante décadas, los análisis de los restos óseos de Neandertales han mostrado niveles elevados de nitrógeno-15, un isótopo que se acumula en organismos con dietas ricas en carne, lo que llevó a la conclusión de que eran depredadores de primer nivel. Sin embargo, la nueva investigación propone que el consumo de larvas de insectos, que se desarrollan en carne en descomposición, podría ser la causa de estos niveles inusualmente altos de nitrógeno.
Melanie Beasley, antropóloga de la Universidad de Purdue, y John Speth, antropólogo de la Universidad de Michigan, investigaron esta hipótesis. Beasley analizó los niveles de nitrógeno en tejidos de cadáveres humanos en descomposición y en las larvas que se desarrollaban en ellos, encontrando que las larvas de mosca presentaban niveles de nitrógeno-15 significativamente más altos que la carne. Esto sugiere que los Neandertales, al consumir esta carne infestada de larvas, obtenían una fuente concentrada de nitrógeno y grasa. Este descubrimiento se alinea con la hipótesis de Speth, quien en 2017 sugirió que la carne en descomposición y las larvas podrían haber sido una parte clave de la dieta prehistórica, basándose en relatos etnográficos de grupos indígenas como los Inuit, que consumían carne en descomposición con larvas considerándola un manjar. El explorador polar del siglo XIX, Knud Rasmussen, documentó cómo los Inuit disfrutaban de carne de caribú descompuesta y llena de gusanos. El estudio también señala que el consumo de larvas no es ajeno a las tradiciones culinarias, como lo demuestra el queso sardo Casu Marzu. Se considera que estas prácticas eran una estrategia nutricional inteligente para los Neandertales, ya que las larvas son ricas en proteínas, grasas y aminoácidos esenciales, y su consumo podría haber ayudado a evitar la "enfermedad de la proteína". Este estudio redefine la comprensión de la dieta Neandertal, presentándolos como adaptables y oportunistas en la obtención de nutrientes.