Un avance científico significativo ha revelado cómo el virus Epstein-Barr (VEB), un patógeno común, manipula la arquitectura del genoma humano para impulsar la progresión y metástasis del carcinoma nasofaríngeo (CNF). La investigación, liderada por el Profesor Dai Wei en la Facultad de Medicina LKS de la Universidad de Hong Kong, identifica un mecanismo de "enganche" mediante el cual el VEB reorganiza la estructura tridimensional del genoma dentro de las células cancerosas, promoviendo activamente el avance tumoral.
El VEB, que infecta a más del 95% de la población adulta a nivel mundial, se ha asociado durante mucho tiempo con el CNF, un cáncer que afecta predominantemente a las poblaciones del sur de China. Si bien la asociación entre el VEB y el CNF se conoce desde hace tiempo, el modo específico en que el virus impulsa la oncogénesis y la metástasis, especialmente su influencia en la arquitectura genómica, había permanecido esquivo hasta este estudio publicado en 2024. El CNF presenta desafíos clínicos significativos, principalmente debido a la metástasis, que reduce drásticamente las tasas de supervivencia a cinco años, a menudo hasta un 20-30%.
El estudio detalla que el VEB, presente como ADN extracromosómico (ADNec) en las células de CNF, se "engancha" físicamente a regiones específicas de la cromatina humana. Esta interacción remodela la conformación tridimensional del genoma, alterando los interruptores epigenéticos que controlan la expresión génica. Este proceso secuestra la maquinaria epigenética de la célula huésped, fomentando la persistencia viral y los procesos oncogénicos, facilitando la evasión inmune y mejorando el potencial metastásico.
Para validar estos hallazgos, los investigadores analizaron 177 muestras de tumores de pacientes con CNF de centros médicos en Hong Kong y Guangzhou. Identificaron marcadores genómicos predictivos del riesgo de metástasis. Los experimentos que emplearon fármacos epigenéticos y la tecnología CRISPR-Cas9 para interrumpir esta conexión genómica virus-huésped demostraron una reducción en la carga viral y una desaceleración del crecimiento tumoral.
El Profesor Dai enfatizó que "el VEB no es un mero espectador en el CNF; es un arquitecto dinámico de la progresión del cáncer". Su equipo utilizó la tecnología CRISPR para interrumpir este mecanismo de "enganche" viral, lo que representa un avance prometedor para futuras intervenciones contra el cáncer dirigidas a las interacciones genómicas virus-huésped. La investigación, financiada en parte por el Consejo de Subvenciones de Investigación de Hong Kong y la Oficina de Salud, promete ampliar las fronteras de la oncología viral y la epigenética del cáncer.
La comunidad científica reconoce que estos hallazgos catalizan el desarrollo de terapias de precisión y tienen el potencial de mejorar los resultados clínicos para los cánceres asociados a virus. La investigación adicional se centrará en desentrañar los detalles moleculares precisos de cómo el VEB se ancla a la cromatina y las cascadas de señalización posteriores que instiga el contacto viral, con el objetivo de desarrollar estrategias terapéuticas que prevengan la metástasis del CNF en su origen. La identificación de marcadores genómicos predictivos también abre puertas a enfoques de medicina más personalizada, permitiendo a los clínicos identificar a los pacientes de alto riesgo y adaptar las terapias de manera más eficaz.