En un estudio innovador, investigadores de la Universidad de Chicago y el MIT revelaron que aproximadamente el 70% de la tenue atmósfera de la Luna se genera por impactos de meteoritos. Este descubrimiento fundamental, publicado en Science Advances el 2 de agosto de 2024, arroja luz sobre los mecanismos detrás de la composición atmosférica de la Luna, que ha desconcertado a los científicos durante mucho tiempo.
Durante años, los científicos debatieron si la atmósfera de la Luna se formaba principalmente a través de impactos de meteoritos o del viento solar. La nueva investigación demuestra que ambos procesos contribuyen, pero que los impactos de meteoritos son el factor dominante. Nicole Nie, la investigadora principal, explicó: "Damos una respuesta definitiva de que la vaporación por impacto de meteoritos es el proceso dominante que crea la atmósfera lunar."
El estudio analizó muestras de suelo lunar recolectadas durante las misiones Apollo, centrándose en los isótopos de potasio y rubidio. Al comparar las variaciones isotópicas afectadas por los impactos de meteoritos y el viento solar, el equipo determinó que los meteoritos superan significativamente las contribuciones del viento solar.
Este descubrimiento no solo mejora nuestra comprensión de la dinámica atmosférica de la Luna, sino que también tiene implicaciones de gran alcance para la futura exploración lunar y la posible colonización humana. Nie enfatizó: "Si los humanos quieren trasladarse a diferentes cuerpos planetarios algún día, tendremos que entender lo que sucede en la superficie para poder prepararnos." Una comprensión más profunda de estos procesos es crucial para desarrollar estrategias de vida sostenible en la Luna y más allá.
Los hallazgos subrayan la importancia de la exploración lunar continua y la recolección de muestras, como señaló Nie: "Sin estas muestras de Apollo, no podríamos obtener datos precisos y medir cuantitativamente para entender las cosas en más detalle." A medida que avanzamos más en el sistema solar, tales conocimientos serán invaluables para nuestra búsqueda de habitar otros cuerpos celestes.