En agosto de 2025, China y Brasil han intensificado sus relaciones bilaterales, forjando una alianza estratégica centrada en la cooperación económica y la resiliencia ante las crecientes tensiones comerciales, particularmente los aranceles impuestos por Estados Unidos a productos brasileños. Este acercamiento, gestado a través de encuentros clave en mayo y julio de 2025, subraya un reajuste en las dinámicas del comercio global y la búsqueda de mercados alternativos por parte de Brasil.
El principal catalizador de esta profundización de lazos ha sido la imposición por parte de Estados Unidos de un arancel del 50% sobre bienes brasileños, afectando sectores como el café y la carne de res. Esta medida provocó una caída del 60% en las importaciones brasileñas a EE. UU. desde abril de 2025, resultando en pérdidas estimadas de mil millones de dólares para gigantes agroindustriales. En respuesta, Brasil ha buscado diversificar sus mercados, encontrando en China un socio estratégico fundamental.
La visita del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva a China en mayo de 2025 culminó con la firma de 20 acuerdos en áreas como comercio, infraestructura, tecnología y agronegocios, incluyendo la aprobación por parte de China de la importación de granos secos de destilería (DDGs) brasileños. La colaboración tecnológica entre ambas naciones también ha cobrado un impulso notable, con planes para establecer un centro conjunto de investigación en inteligencia artificial enfocado en el desarrollo agrícola, buscando modernizar técnicas de cultivo y abordar desafíos de seguridad alimentaria.
El marco del BRICS ha servido como plataforma para coordinar estas estrategias. La 17ª Cumbre del BRICS, celebrada en Río de Janeiro en julio de 2025, reafirmó el compromiso del bloque con el multilateralismo y la cooperación Sur-Sur, sirviendo como un frente unificado contra las políticas proteccionistas. Los líderes del BRICS expresaron su preocupación por las medidas arancelarias unilaterales y reafirmaron su dedicación a un orden comercial más equitativo y cooperativo.
Analistas económicos señalan que esta alianza estratégica entre China y Brasil no solo busca mitigar el impacto de las políticas estadounidenses, sino que también representa un movimiento hacia un orden económico más multipolar. La inversión china en Brasil se ha acelerado, posicionando al país sudamericano como el segundo destino de inversión directa en el primer semestre de 2025, con empresas chinas invirtiendo 2.200 millones de dólares en ese período. Este fortalecimiento de los lazos económicos y tecnológicos entre China y Brasil es visto como un paso crucial para la resiliencia económica de ambas naciones y un indicador de las cambiantes alianzas en el escenario global.