El 8 de octubre de 2024, ataques aéreos israelíes en Beirut resultaron en la muerte de Suhail Husein Huseini, una figura clave en Hezbollah responsable de los suministros de armas desde Irán. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron que Huseini desempeñaba un papel crítico en la logística y distribución de armamento avanzado dentro de Hezbollah, coordinando ataques contra Israel desde Líbano y Siria.
Este ataque sigue a una serie de conflictos en escalada en la región, en particular después de un ataque importante por parte de Hamas a Israel el 7 de octubre, que resultó en aproximadamente 1,200 muertes israelíes y la captura de alrededor de 250 rehenes. En represalia, Israel declaró la guerra a Hamas, lo que llevó a extensas operaciones militares en Gaza, que supuestamente han reclamado más de 41,800 vidas palestinas según los datos del ministerio de salud controlado por Hamas.
Hezbollah, reconocido como una organización terrorista por varios países, incluyendo Alemania y Estados Unidos, ha estado apoyando activamente a Hamas en este conflicto. La situación se ha intensificado con las fuerzas israelíes llevando a cabo ataques aéreos dirigidos a la dirección de Hezbollah, incluyendo la reciente eliminación de su líder de larga data, Hassan Nasrallah, y otros funcionarios de alto rango.
Las implicaciones más amplias de estos desarrollos son significativas, ya que amenazan con desestabilizar aún más la región y podrían potencialmente llevar a un conflicto más amplio que involucre a Irán, que ya ha lanzado misiles en respuesta a los recientes asesinatos de sus aliados.
Esta violencia continua ha resultado en una crisis humanitaria, con más de 2,000 víctimas libanesas reportadas y 1.2 millones de personas desplazadas dentro del Líbano debido al conflicto.