El alcalde de Nueva York, Eric Adams, se ha convertido en el primer alcalde en ejercicio en la historia de la ciudad en ser acusado, enfrentando cargos graves que incluyen soborno y fraude. La acusación, desvelada el 27 de septiembre de 2024, alega que Adams aceptó más de 10 millones de dólares en contribuciones de campaña ilegales y sobornos de un funcionario del gobierno turco a lo largo de un esquema de una década destinado a ganar influencia.
El Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, Damian Williams, afirmó que el alcalde presionó a funcionarios de la ciudad para acelerar la aprobación del Consulado Turco en Manhattan a cambio de viajes de lujo y otros beneficios. Adams ha sido acusado de cinco cargos, que podrían resultar en una pena máxima de hasta 45 años de prisión si es condenado por todos los cargos.
Adams ha negado públicamente las acusaciones y ha prometido continuar sirviendo como alcalde, a pesar de los llamados a su renuncia de varias figuras políticas. La acusación ha suscitado preocupaciones significativas sobre la corrupción política y sus implicaciones para el gobierno en la ciudad de Nueva York.
Este desarrollo es parte de un patrón más amplio de escrutinio legal que enfrenta a varios demócratas prominentes, incluyendo al exsenador Bob Menendez y al hijo del presidente Biden, Hunter Biden, lo que ha llevado a debates sobre la politización de las acciones legales por parte del Departamento de Justicia.
Las implicaciones globales de esta acusación van más allá de Nueva York, ya que plantea preguntas sobre la integridad política, la gobernanza y el estado de derecho en las instituciones democráticas.