Los CubeSats, pequeños satélites que pesan alrededor de 4 libras (2 kilogramos), están transformando la exploración espacial al proporcionar un medio rentable y eficiente para realizar investigaciones científicas. Estos dispositivos compactos suelen centrarse en un único objetivo científico, lo que los hace accesibles a una amplia gama de organizaciones, incluidas startups y universidades.
Las ventajas de los CubeSats sobre los satélites tradicionales más grandes son considerables. Son más baratos de desarrollar y lanzar, lo que permite misiones más frecuentes con un riesgo reducido. Los CubeSats se despliegan como parte de la carga útil de una nave espacial más grande, liberados en el espacio a través de un mecanismo de resorte. Una vez en funcionamiento, completan sus misiones quemándose al reingresar.
Por ejemplo, un equipo de estudiantes de la Universidad de Brown creó un CubeSat por menos de 10,000 dólares para estudiar los desechos espaciales, que fue lanzado con éxito a bordo de un cohete SpaceX en mayo de 2022. Si bien el primer satélite, Sputnik 1, fue lanzado en 1957, el panorama actual cuenta con alrededor de 10,000 satélites activos, de los cuales solo una pequeña fracción está dedicada a la exploración espacial.
Los CubeSats son ahora fundamentales para estudiar planetas distantes y fenómenos celestiales, proporcionando datos valiosos a una fracción del costo de los satélites tradicionales. Por ejemplo, la misión Artemis I de la NASA en noviembre de 2022 lanzó 10 CubeSats para mapear el agua lunar, crucial para mantener la presencia humana en la Luna. De manera similar, los CubeSats MarCO sirvieron como relés de comunicación durante la misión del lander Insight de la NASA a Marte en 2018.
Las futuras misiones de CubeSat, como HERA y M-Argo, están programadas para expandir aún más nuestra comprensión de asteroides y exoplanetas. HERA explorará el sistema de asteroides Didymos en octubre de 2024, mientras que M-Argo, que se lanzará en 2025, estudiará de forma independiente las características de un asteroide.
Los rápidos avances y las inversiones en la tecnología CubeSat podrían allanar el camino para que la humanidad se convierta en una especie multiplanetaria, enfatizando la importancia de fomentar a la próxima generación de científicos.