El año 2024 ha registrado una temperatura media que es 1.6 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, marcando un aumento de 0.1 grados respecto a 2023. Esta tendencia enfatiza una emergencia climática crítica impulsada principalmente por la quema de combustibles fósiles.
El Servicio de Cambio Climático Copernicus informó que el 44% de la población global experimentó estrés térmico fuerte a extremo el 10 de julio de 2024, siendo el día más caluroso en la historia registrado el 22 de julio. Estas temperaturas extremas, junto con niveles récord de vapor de agua en la atmósfera, han llevado a olas de calor sin precedentes y lluvias intensas, causando sufrimiento a millones.
La Dra. Samantha Burgess de Copernicus declaró que hay una probabilidad significativa de superar el promedio de temperatura a largo plazo de 1.5 grados Celsius. La crisis climática continúa intensificándose, como lo demuestran varios desastres exacerbados por el cambio climático, incluyendo inundaciones, huracanes y sequías.
Los expertos enfatizan la necesidad de acción inmediata para alejarse de los combustibles fósiles, detener la deforestación y mejorar la resiliencia social. Se estima que las emisiones de carbono en 2024 alcanzarán un nuevo récord, lo que indica una falta de progreso en el cambio de combustibles fósiles, a pesar de los compromisos hechos en la conferencia climática de la ONU en Dubái en diciembre de 2023.
A medida que el mundo se prepara para nuevos compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en febrero, el llamado urgente a la acción climática sigue siendo claro. La persona promedio se enfrentó a seis semanas adicionales de días peligrosos de calor el año pasado, destacando el impacto severo de las olas de calor en todo el mundo.