La costa de Vendée, que se extiende por más de 250 kilómetros, enfrenta amenazas significativas por submersión marina y erosión costera. Proyecciones recientes del Cerema, publicadas en abril de 2024, indican que para 2050, 319 viviendas y 33 propiedades comerciales, incluidas 6 campings, se verán afectadas por el retroceso de la costa, con un costo estimado de 56 millones de euros.
Las áreas particularmente vulnerables incluyen regiones de baja altitud como Aiguillon la Presqu'île, que están protegidas solo por dunas de arena y diques. La isla de Noirmoutier también está en riesgo, con dos tercios de su territorio por debajo de los niveles más altos de agua. Tormentas severas, como la de 2010, ya han causado daños considerables.
A diferencia de la submersión marina, que se clasifica como un riesgo natural impredecible, la erosión costera se considera un fenómeno gradual y predecible. Esta distinción tiene implicaciones para el financiamiento, ya que solo la submersión marina califica actualmente para el apoyo financiero del Fondo Barnier, establecido para ayudar a los propietarios a mitigar los riesgos naturales.
El gobierno francés ha transferido la responsabilidad de la defensa costera a los municipios, lo que ha llevado a líderes locales, como Yannick Moreau, presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios Costales, a abogar por una reevaluación de los mecanismos de financiamiento. Las propuestas incluyen aumentar los impuestos locales y explorar nuevas fuentes de financiamiento para abordar los crecientes desafíos planteados por el cambio climático y el aumento del nivel del mar.
Esta situación resalta la urgente necesidad de soluciones innovadoras y esfuerzos colaborativos para proteger a las comunidades costeras vulnerables en Vendée.