El juicio penal de los organizadores del 'Freedom Convoy', Tamara Lich y Chris Barber, ha concluido tras 45 días de pruebas y argumentos legales, con un veredicto que se espera en un plazo de hasta seis meses. La jueza Heather Perkins-McVey reconoció el abrumador volumen de pruebas y las complejas cuestiones legales involucradas.
Lich y Barber enfrentan cargos de desorden, intimidación y asesorar a otros para infringir la ley en relación con su papel en la protesta de 2022 en Ottawa, que duró tres semanas y atrajo a miles que exigían el fin de las restricciones COVID-19 y los mandatos de vacunación.
La fiscalía presentó el testimonio de 16 testigos, incluidos residentes, propietarios de negocios y funcionarios, que describieron una ciudad interrumpida por el bloqueo de camiones, el ruido y la contaminación. Tanto Lich como Barber admitieron los hechos, pero argumentan que sus acciones fueron un ejercicio legal de sus derechos.
La fiscalía sostiene que los organizadores conspiraron para ejercer presión sobre los residentes de Ottawa y el gobierno federal, cruzando la línea de la protesta legal a la actividad criminal. La defensa argumenta que los manifestantes estaban dentro de sus derechos para expresar su desacuerdo.
Al concluir el juicio, Lich y Barber aparecieron por video desde sus hogares, habiendo enfrentado importantes costos legales que fueron en gran parte cubiertos por el Justice Centre for Constitutional Freedoms. Lich ya ha pasado 49 días en prisión debido a su participación en las protestas.