Recientes acusaciones revelan que una empresa de medios vinculada a influyentes conservadores prominentes, incluidos Tim Pool, Dave Rubin y Benny Johnson, fue financiada en secreto por empleados de medios estatales rusos. La acusación alega que se destinaron casi 10 millones de dólares para producir contenido alineado con los intereses del Kremlin, particularmente en amplificar divisiones dentro de EE. UU. para debilitar la oposición a las agendas rusas, como la guerra en Ucrania.
El Departamento de Justicia de EE. UU. no acusa a los influenciadores de mala conducta, afirmando que fueron engañados sobre las fuentes de financiamiento. En cambio, la acusación se dirige a dos empleados de RT, un medio controlado por el estado ruso, por conspiración para cometer lavado de dinero y violar la Ley de Registro de Agentes Extranjeros. Estos individuos siguen en paradero desconocido.
Esta acusación marca una escalada significativa en la narrativa en curso de la interferencia rusa en la política estadounidense, especialmente a medida que se acercan las elecciones de 2024. La inteligencia estadounidense ha indicado que Rusia continúa explotando a estadounidenses no advertidos para apoyar sus operaciones de influencia, con una preferencia notable por figuras de la derecha.
A pesar de la falta de acusaciones directas en su contra, Pool, Johnson y Rubin han declarado públicamente su inocencia, enmarcando su situación como víctimas del presunto esquema. Pool comentó: “Todavía no sabemos qué es verdad, ya que estas son solo acusaciones”, mientras que Johnson describió su participación como un acuerdo comercial estándar que fue posteriormente terminado.
Se cree que la empresa de medios en cuestión es Tenet Media, que ha ganado un seguimiento sustancial a través de su contenido conservador. La acusación destaca los importantes incentivos financieros para los influenciadores, con un individuo no identificado que supuestamente recibió un salario mensual de 400,000 dólares.
A medida que los influenciadores continúan moldeando el discurso político en ausencia de medios tradicionales, las implicaciones de estas revelaciones plantean preguntas críticas sobre la transparencia y las fuentes de financiamiento detrás de los mensajes en línea. El creciente papel de los influenciadores en la comunicación política, junto con los requisitos de divulgación mínimos, deja al público en gran medida en la oscuridad sobre quién está moldeando sus narrativas.