Un estudio innovador ha desplazado el enfoque de la gestión de la hipertensión, destacando la importancia de controlar la presión arterial sistólica (el primer número en una lectura de la presión arterial).
Los investigadores analizaron datos de más de 47.000 pacientes en todo el mundo y no encontraron evidencia de que reducir la presión arterial diastólica (el segundo número) a niveles muy bajos causara problemas de salud.
Esto desafía la creencia tradicional de que la presión arterial diastólica debe mantenerse por encima de un cierto umbral para la seguridad.
El estudio recomienda apuntar a una presión arterial sistólica entre 100 y 130 mmHg, lo que sugiere que los médicos pueden concentrarse en el control sistólico sin preocuparse por que los niveles diastólicos bajen demasiado.
Este cambio podría conducir a mejores estrategias de tratamiento y potencialmente reducir el riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y otras complicaciones asociadas con la presión arterial alta.
Si bien la medicación a menudo es necesaria, los cambios en el estilo de vida como una dieta saludable, el ejercicio y los chequeos regulares siguen siendo cruciales para prevenir y controlar la hipertensión.