El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pronosticado que la economía de EE. UU. se expandirá un 2,7% en 2023 y un 2,1% en 2024, impulsada por una política fiscal más laxa y medidas como los recortes de impuestos. El FMI atribuye este crecimiento a la flexibilización de las regulaciones excesivamente restrictivas y la simplificación de los procesos burocráticos para las empresas, lo que podría acelerar el crecimiento a corto plazo en los EE. UU. a través de un aumento de la inversión.
Sin embargo, el FMI advierte que la desregulación excesiva, que podría limitar la toma de riesgos y conducir a la acumulación de deuda, podría resultar en un ciclo de auge y caída en los EE. UU. a más largo plazo, con repercusiones para el resto del mundo. La institución también destaca que las interrupciones del mercado laboral causadas por la reducción de los flujos migratorios a los EE. UU. podrían reducir permanentemente la producción potencial y aumentar la inflación durante el período de ajuste.
El FMI también advierte que si los efectos negativos de los aranceles y las reducciones de la fuerza laboral prevalecen, la actividad económica mundial y estadounidense podría verse afectada negativamente a mediano plazo.
México, con la segunda economía más grande de América Latina y la 13.ª más grande a nivel mundial, aspira a regresar al top 10. Sin embargo, el FMI predice que México caerá al puesto 15 este año, superado por España y Australia, ya que su economía se espera que crezca un 1,4% en 2025 y un 2% en 2026, por debajo de su principal socio comercial, los Estados Unidos.
El FMI atribuye el crecimiento más débil de México al impacto del endurecimiento monetario, las restricciones de la capacidad productiva, los efectos imprevistos de las recientes reformas institucionales, el aumento de la aversión al riesgo global y la desaceleración económica de EE. UU.
El FMI pronostica que el PIB de México permanecerá en el puesto 15 hasta 2027, cuando volverá a tener un mejor puesto que España y alcanzará el puesto 14, que conservará en 2028 y 2029.
A escala global, el FMI ha advertido que la intensificación de las políticas proteccionistas, como una nueva ola de aranceles, podría exacerbar las tensiones comerciales, frenar las inversiones, reducir la eficiencia del mercado, distorsionar los flujos comerciales y alterar aún más las cadenas de suministro.