España está experimentando una severa ola de calor con un impacto significativo en la salud pública y un notable aumento de las muertes relacionadas con las altas temperaturas. Desde el 3 de agosto de 2025, el país se encuentra bajo la influencia de esta intensa ola de calor, lo que ha llevado a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) a emitir alertas rojas por riesgo extremo en regiones como Aragón y el País Vasco. Las temperaturas previstas superan los 35°C en gran parte del territorio nacional, alcanzando los 40°C en zonas del sur, noreste y las Islas Canarias.
Este fenómeno meteorológico se ha convertido en el segundo factor ambiental con mayor impacto en la morbilidad y mortalidad en España, representando el 9,1% del total del impacto sanitario ambiental, solo superado por la contaminación del aire (44% en morbilidad y 47% en mortalidad). Los datos del Instituto de Salud Carlos III, a través del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), son alarmantes: entre el 16 de mayo y el 13 de julio de 2025, se registraron 1.180 fallecimientos atribuidos a las olas de calor, lo que supone un incremento superior al 1.000% en comparación con el mismo periodo de 2024 (114 muertes). El Ministerio de Sanidad confirma que más del 90% de la población española considera el calor extremo un grave riesgo para la salud.
El informe "Influencia del medioambiente urbano en la salud de las personas", elaborado por el Instituto de Biodiversidad y Medioambiente BIOMA de la Universidad de Navarra, subraya la vulnerabilidad de las áreas urbanas debido al efecto "isla de calor". Ciudades como Sevilla están implementando estrategias de adaptación urbana, como la reducción de superficies de asfalto y el uso de materiales reflectantes y permeables.
Las regiones del norte de España, como Galicia, La Rioja, Asturias y Cantabria, que tradicionalmente disfrutan de veranos más suaves, se han visto particularmente afectadas, registrando un aumento significativo de muertes relacionadas con el calor. Esto sugiere una creciente vulnerabilidad climática en estas áreas, posiblemente debido a una menor preparación de infraestructuras y medidas de adaptación.
El Ministerio de Sanidad activa anualmente el Plan Nacional de Acciones Preventivas contra los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud, vigente entre el 16 de mayo y el 30 de septiembre. Este plan busca prevenir y reducir los efectos negativos del calor en la salud, especialmente en grupos vulnerables como ancianos, embarazadas, niños y personas con enfermedades crónicas. La AEMET proporciona pronósticos diarios de temperaturas y niveles de riesgo sanitario, que se difunden a través de la web del Ministerio y las comunidades autónomas. La situación actual evidencia la creciente amenaza que representan las olas de calor, intensificadas por el cambio climático.