El 6 de octubre de 2024, Kazajistán celebró un referéndum en el que aproximadamente el 70% de los votantes aprobaron la construcción de la primera planta nuclear del país, marcando un desarrollo significativo tanto para Kazajistán como para Asia Central. La participación de votantes se reportó en alrededor del 64%.
El presidente Kassym-Jomart Tokayev, quien participó en el referéndum, describió el proyecto de la planta nuclear como 'el mayor proyecto en la historia del Kazajistán independiente.' Abogó por que la planta sea construida por un consorcio de empresas globales utilizando las tecnologías más avanzadas. Empresas de Francia, Rusia, China y Corea del Sur compiten por el contrato.
Kazajistán, el mayor productor de uranio del mundo, enfrenta una grave escasez de electricidad, y la planta nuclear se considera una posible solución. Sin embargo, los ecologistas, ONGs y activistas civiles han expresado preocupaciones sobre las implicaciones del proyecto, especialmente en relación con los costos a largo plazo de desmantelamiento de la planta y los riesgos asociados con su ubicación cerca del inestable lago Balkhash. Advierten que un accidente nuclear podría provocar una contaminación radiactiva significativa que afectaría a áreas densamente pobladas del país.