El año 2025 se perfila como un año revolucionario para el descubrimiento de cometas oscuros, ya que el Observatorio Vera C. Rubin de la NSF-DOE se prepara para comenzar sus operaciones el 4 de julio de 2025. Tras el descubrimiento de siete nuevos cometas oscuros en el sistema solar en 2024, la población total conocida ha alcanzado ahora 14, destacando un aumento significativo en nuestra comprensión de estos cuerpos celestes esquivos.
Los cometas oscuros, que carecen de las colas visibles características de los cometas tradicionales, aún exhiben fuertes aceleraciones no gravitacionales en sus trayectorias. Esta propiedad única se observó por primera vez con el objeto interestelar 'Oumuamua en 2017, lo que llevó a diversas teorías sobre su origen. Los descubrimientos recientes indican que los cometas oscuros pueden clasificarse en dos tipos distintos: cometas oscuros interiores más pequeños con órbitas circulares cercanas y cometas oscuros exteriores más grandes en trayectorias elípticas más distantes.
El LSST, equipado con la cámara más grande jamás construida, escaneará el cielo del hemisferio sur casi cada noche, mejorando significativamente nuestra capacidad para detectar estos objetos. Se espera que su sensibilidad descubra muchos más cometas oscuros, revelando potencialmente nuevos tipos que han permanecido indetectados por telescopios anteriores.
Este aumento en los descubrimientos de cometas oscuros no solo avanza nuestro conocimiento sobre la composición del sistema solar, sino que también plantea preguntas sobre los orígenes del agua en la Tierra, ya que estos cuerpos pueden haber desempeñado un papel en el transporte de materiales esenciales a través del sistema solar. A medida que nos acercamos a 2025, la anticipación por nuevos hallazgos crece, prometiendo profundizar nuestra comprensión del cosmos.