La actuación de Kendrick Lamar en el medio tiempo del Super Bowl LIX generó reacciones encontradas, con algunos elogiando sus elecciones artísticas mientras que otros encontraron su actuación decepcionante. El set de Lamar incluyó una aparición sorpresa de Samuel L. Jackson y una interpretación de su controvertida canción "Not Like Us", que provocó un debate entre los espectadores.
La actuación del rapero estuvo marcada por un sutil cambio de letra en uno de sus temas, lo que llevó a algunos fans a creer que estaba lanzando una indirecta al presidente Donald Trump. Lamar también recibió críticas por no incluir su canción colaborativa con Taylor Swift, "Bad Blood", en su lista de canciones, con muchos fans considerando que era una oportunidad perdida.
A pesar de las reacciones encontradas, la actuación de Lamar fue un evento significativo, destacando su continua influencia en la industria musical. El espectáculo también provocó discusiones sobre el papel de la música en el discurso social y político, con las letras de Lamar provocando conversaciones sobre raza, género y poder.