En Cuba, una isla con una rica historia y una vibrante cultura, los residentes se están adaptando a una crisis energética. Los frecuentes cortes de electricidad, que recuerdan a tiempos de escasez, han llevado al uso de métodos de cocina improvisados.
En áreas rurales, como Santiago de Cuba, se utilizan cocinas "nonó" hechas de aserrín. Los briquetas hechas de residuos de carbón también están ganando popularidad, evocando la ingeniosidad del pueblo cubano.
China está apoyando la construcción de parques solares para diversificar las fuentes de energía. La transición a las energías renovables enfrenta desafíos, ya que la población lucha con los servicios básicos. Esta situación, que recuerda a la situación de Venezuela o Argentina en ciertos momentos, destaca la importancia de la resiliencia y la creatividad ante las dificultades.