Las monjas clarisas recuperarán un retablo del siglo XVIII para el culto en Santiago de Compostela

Las monjas clarisas finalmente recuperarán su retablo de la Virgen de los Desamparados para poder rendirle culto en el convento de Santiago. La obra de arte del siglo XVIII, por la que llevan meses pleiteando, continuaba en el monasterio de Santa Clara de Pontevedra, para el que fue creada, pero tras la venta de este edificio, la congregación se reservó el derecho de recuperar algunos bienes muebles que se custodiaban en este monumento, entre otros, este retablo, al que las monjas quieren dar culto en Compostela, donde se concentra ahora la comunidad.

Después de meses de diferentes trámites y gestiones, el conocido abogado compostelano José Antonio Montero, que representa a las religiosas, ha conseguido que la Deputación de Pontevedra, a la que el Concello de la capital del Lérez cedió el edificio tras adquirirlo para el museo provincial, reconozca que el retablo de la Virgen de los Desamparados sigue siendo propiedad de las monjas clarisas y que la orden tiene derecho a llevárselo para donde estime oportuno, en este caso, a Compostela, donde los fieles podrán rendirle culto a esta advocación de la Virgen María dentro de muy pocos días.

Y es que, según ha podido saber EL CORREO GALLEGO, en el convento de Santa Clara de Pontevedra ya se han instalando los andamios necesarios para retirar la pieza antes de proceder a su traslado. Todo es proceso está autorizado por la Dirección Xeral de Patrimonio y cuenta con la supervisión continua de un equipo técnico, que vela por que la obra de arte no sufra ningún desperfecto por su traslado a Compostela. Si todo sale según lo previsto, el altar llegará a Santiago de manera inminente, en los próximos días.

Fuentes cercanas a las clarisas, indican que el retablo del siglo XVIII y valorado en 74.000 euros se encuentra en buen estado de conservación y que no necesita ser sometido a un proceso de restauración. De hecho, la intención de las clarisas es colocar de nuevo la imagen de la Virgen de los Desamparados en la pieza para el culto religioso. El cuadro de la Virgen María ya había sido trasladado a Santiago cuando las religiosas cerraron el convento, debido a que la comunidad se había quedado muy reducida tras el fallecimiento de algunas monjas. Aunque se llevaron la imagen, el retablo quedó, como otros muebles de la iglesia que las religiosas también se guardaron el derecho de recuperar.

De hecho, tal y como explica el abogado que defiende a la comunidad, José Antonio Montero, “en la escritura de venta del convento al Concello de Pontevedra se dispuso que había una serie de bienes que quedaban en depósito pero que se retirarían cuando se considerase oportuno. Esos bienes se tasaron en su día y también se estableció que había un plazo de cuatro años para recuperarlos. A partir del cuarto año se podría pedir la compra-venta forzosa, es decir, que los compradores tendrían que pagar el precio que se establecía en la tasación”, indica.

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