Ochagavía, un pintoresco pueblo enclavado en el corazón de los Pirineos navarros, es un testimonio de la arquitectura medieval y la belleza natural. Situado a una altitud de 764 metros, este encantador enclave en la parte norte del valle de Salazar cuenta con una rica historia que se remonta al siglo XII.
El pueblo, que alguna vez fue un centro de actividad, ha sido testigo de eventos históricos, incluida la invasión francesa de 1794, que dejó su huella en su paisaje. A pesar de la destrucción, Ochagavía se reconstruyó, preservando su arquitectura única de casas de piedra y calles adoquinadas, atrayendo visitantes de todas partes.
Entre sus atracciones notables se encuentran palacios medievales como Urrutia, Iriarte y Donamaría, que se distinguen por su imponente presencia. El puente medieval que cruza el río Anduña, un testimonio de la destreza de la ingeniería de la época, se suma al encanto del pueblo.
El Santuario de Nuestra Señora de Muskilda, encaramado en la cima de una colina cercana, ofrece impresionantes vistas panorámicas del paisaje circundante. Este santuario románico del siglo XII, un centro espiritual para la comunidad local, ofrece una visión de la historia religiosa de la región.
La Iglesia de San Juan Evangelista, una obra maestra de la arquitectura religiosa que combina estilos de diferentes épocas, alberga tres retablos renacentistas de gran valor artístico. Estos retablos, encargados en el siglo XVI, reflejan el esplendor que una vez adornaba Ochagavía.
Más allá de su riqueza histórica, Ochagavía sirve como puerta de entrada al Bosque de Irati, uno de los bosques de hayas más grandes y mejor conservados de Europa. Este bosque encantador ofrece un refugio para excursionistas y ciclistas, con senderos que serpentean a través de paisajes impresionantes y permiten a los visitantes sumergirse en el abrazo de la naturaleza.
Enclavado en el valle de Salazar y rodeado de montañas, Ochagavía ofrece una gran cantidad de actividades al aire libre. Desde caminatas tranquilas por el valle hasta caminatas desafiantes en las montañas circundantes, este destino combina a la perfección historia, cultura y naturaleza, ofreciendo una experiencia verdaderamente enriquecedora para todos.