Si bien a menudo disfrutamos del calor del sol a través de nuestras ventanas, un nuevo estudio revela una verdad preocupante: la luz del sol aún puede dañar nuestra piel, incluso con la barrera del vidrio. Esto se debe a que, si bien la mayoría de las ventanas bloquean los dañinos rayos UVB, los rayos UVA, que contribuyen al cáncer de piel, pueden penetrar.
Un estudio realizado en Arabia Saudita, donde los conductores estaban equipados con sensores UV, encontró que estaban expuestos a un índice UV de hasta 3.5. En Australia, un índice UV de 3 o más requiere protección solar, ya que la piel clara puede quemarse en solo 20 minutos. Esto destaca el potencial de daño a la piel incluso mientras se conduce.
El tipo de vidrio juega un papel crucial en la protección UV. El vidrio laminado, que se utiliza comúnmente en los parabrisas, ofrece la mejor protección, bloqueando casi todos los rayos UVA. Sin embargo, el vidrio templado, que a menudo se utiliza en las ventanas laterales y traseras, permite una penetración significativa de los rayos UVA, que varía del 4% al 56% según el automóvil.
Si bien las ventanas tintadas y las películas protectoras UV pueden mejorar significativamente la filtración de los rayos UVA, es importante recordar que incluso con estas medidas, la exposición prolongada aún puede provocar daños en la piel. Los estudios han demostrado una mayor incidencia de cáncer de piel en el lado del cuerpo expuesto al sol durante la conducción, particularmente en el lado izquierdo en los países donde los conductores se sientan a la izquierda.
El impacto de la radiación UVA va más allá de la piel, afectando también a nuestros ojos. Las cataratas y otros problemas oculares son más frecuentes en el lado del cuerpo expuesto al sol durante la conducción.
Este descubrimiento subraya la importancia de ser conscientes de nuestra exposición a la luz del sol, incluso a través de las ventanas. Si bien las ventanas ofrecen cierta protección, no son un escudo completo. Usar protector solar, usar gafas de sol y minimizar la exposición directa al sol, especialmente durante las horas pico, son pasos cruciales para proteger nuestra salud de la piel.