Hilke Plassmann, una científica alemana brillante y discreta, lleva a cabo experimentos originales que podrían revolucionar lo que creíamos saber sobre nuestras reacciones ante la injusticia o la impaciencia. Economista reconvertida en neurocientífica, se interesa especialmente en los vínculos entre el microbioma y nuestras decisiones.
La profesora del Instituto Europeo de Administración de Empresas (Insead), que realiza sus investigaciones dentro del "BEND team: creencia y toma de decisiones" del Instituto del Cerebro (ICM) en París, presentará sus trabajos en la Cumbre de Paris-Saclay, un evento organizado por Le Point los días 12 y 13 de febrero.
En un experimento reciente, Plassmann y su equipo administraron a un grupo de voluntarios una mezcla de probióticos y prebióticos durante siete semanas, mientras que otro grupo recibió un placebo. Ambos grupos mantuvieron la misma dieta. Luego, realizaron diferentes pruebas de toma de decisiones antes y después de la intervención.
Los resultados fueron sorprendentes. Las personas que recibieron el simbiótico se volvieron menos "racionales" desde un punto de vista económico. Mostraron más sensibilidad a la injusticia y tomaron decisiones menos ventajosas financieramente. También se volvieron menos pacientes.
Plassmann explica que la "racionalidad" de la que hablan está definida por las teorías económicas clásicas. Por ejemplo, en sus pruebas, los participantes tenían que elegir entre recibir una pequeña suma inmediatamente o una suma mayor más tarde. O tenían que reaccionar ante una distribución injusta de dinero.
Este es el primer estudio que demuestra esta posible relación entre el microbioma y la toma de decisiones en humanos. Los estudios anteriores se realizaron principalmente en ratones o simplemente fueron observacionales en humanos. Plassmann enfatiza que este es solo el comienzo de estos descubrimientos.
Plassmann cree que existen varias vías de comunicación posibles entre nuestro intestino y nuestro cerebro: el propio microbioma, las hormonas, los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, la comunicación neuronal directa a través del nervio vago y también el sistema inmunitario. Este es un área que todavía se está explorando activamente.
Si bien la investigación de Plassmann sugiere que el microbioma puede influir en ciertos rasgos como la impaciencia, ella enfatiza que no afecta necesariamente la personalidad. Recomienda una dieta diversa rica en verduras, frutas y fibra para mantener un microbioma intestinal saludable.