La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) ha aprobado la inyección de Onapgo (clorhidrato de apomorfina), un dispositivo de infusión subcutánea portátil para personas con enfermedad de Parkinson en etapa avanzada. Este es el primer y único dispositivo de este tipo disponible para controlar las fluctuaciones motoras, un síntoma común a medida que la enfermedad progresa.
Onapgo proporciona un suministro continuo de apomorfina, un medicamento que ayuda a reducir el tiempo OFF, los períodos en los que los medicamentos para la enfermedad de Parkinson dejan de funcionar, lo que provoca la reaparición de los síntomas. A diferencia de los métodos de tratamiento tradicionales, que se basan en medicamentos orales, esta bomba portátil garantiza niveles constantes de medicamentos durante las horas de vigilia, lo que minimiza las fluctuaciones y proporciona un control más estable de los síntomas.
Supernus Pharmaceuticals, el desarrollador de Onapgo, anticipa que el dispositivo estará disponible en el segundo trimestre de 2025. Para apoyar a los pacientes, el lanzamiento incluirá un equipo de especialistas y un programa de educación para enfermeras para facilitar la capacitación y el uso adecuado del dispositivo.
La aprobación de la FDA se basa en un ensayo clínico de fase 3 de 12 semanas en el que participaron 107 pacientes. El ensayo siguió un diseño doble ciego y controlado con placebo, lo que significa que ni los médicos ni los pacientes sabían quién recibía el tratamiento real. El estudio comparó los efectos de Onapgo con un placebo (un tratamiento sin medicamento activo).
Los resultados mostraron una reducción significativa en el tiempo OFF diario para los pacientes que usaban Onapgo en comparación con el grupo placebo. Sin embargo, algunos pacientes informaron efectos secundarios, que incluyen náuseas, somnolencia y reacciones en el sitio de infusión.
Onapgo representa un avance significativo en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson al ofrecer una solución continua y portátil para controlar las fluctuaciones motoras. Esto podría conducir a una mejor calidad de vida para los pacientes al hacer que las actividades diarias sean más predecibles y manejables.