La OTAN enfrenta presión para extender la asistencia militar a Ucrania a medida que se acerca el invierno, con el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, enfatizando el apoyo durante su visita al Reino Unido.
Surgen preocupaciones ya que drones rusos han cruzado las fronteras de la OTAN, afectando a países como Bulgaria y Rumanía. El primer ministro británico Keir Starmer planea reunirse con el presidente Biden para discutir el fortalecimiento de las capacidades militares de Ucrania.
El exsecretario de Defensa británico Grant Shapps aboga por que Ucrania utilice misiles Storm Shadow contra objetivos rusos, citando los ataques en curso a civiles. Argumenta que la OTAN debe actuar decisivamente para evitar perder credibilidad.
EE. UU. anunció recientemente un nuevo paquete de ayuda de 250 millones de dólares para Ucrania, que incluye vehículos M-2 Bradley, cruciales para la élite de la 47ª Brigada. Sin embargo, las Fuerzas Armadas de Ucrania enfrentan graves escaseces de piezas de repuesto para sistemas de artillería occidentales.
Paralelamente, Rusia continúa buscando apoyo internacional, ya que el ministro de Relaciones Exteriores Sergey Lavrov se reunió con homólogos de Brasil e India para discutir la guerra en Ucrania, afirmando su falta de disposición para participar en negociaciones genuinas.
El primer ministro indio Narendra Modi visitó recientemente Kyiv, reafirmando el compromiso de India con la paz basado en el derecho internacional. Mientras tanto, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky criticó cualquier diálogo con Rusia como fútil, enfatizando la amenaza continua a la soberanía de Ucrania.