Las tropas rusas lanzaron un ataque con misiles contra un hotel en Kramatorsk, Ucrania, dirigido a periodistas extranjeros. El ataque resultó en la muerte de Ryan Evans, un miembro del equipo de Reuters, y heridas a varios otros. Reporteros Sin Fronteras ha condenado este ataque, afirmando que fue dirigido directamente a los periodistas.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, negó que el hotel fuera un objetivo deliberado, afirmando que los ataques rusos se centran en la infraestructura militar. Sin embargo, la propaganda rusa sugirió que los periodistas estaban presentes ilegalmente en Rusia, una afirmación que ha sido desmentida.
Desde el inicio de la invasión a gran escala, Rusia ha cometido supuestamente 620 crímenes contra periodistas en Ucrania, con 84 trabajadores de los medios asesinados, incluidos 10 mientras realizaban tareas periodísticas. Reporteros Sin Fronteras enfatizó que el ejército ruso ha atacado intencionalmente a los periodistas para obstaculizar la cobertura, violando el derecho internacional.
Mientras tanto, los informes indican que las fuerzas rusas continúan su ofensiva en varios frentes en Ucrania, con una actividad significativa observada alrededor de Bakhmut, Pokrovsk y Járkov. Funcionarios ucranianos informaron sobre intercambios de artillería en curso y asaltos terrestres, con las fuerzas rusas ganando terreno en varias áreas.
En la región de Kursk, los residentes locales expresaron su deseo de paz y criticaron los ataques militares rusos a áreas civiles, incluidas escuelas y centros comunitarios. La situación humanitaria sigue siendo crítica, ya que muchos residentes se ven obligados a refugiarse en sótanos debido a los intensos bombardeos.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha instado a los aliados occidentales a proporcionar armas de largo alcance para fortalecer las capacidades defensivas de Ucrania, enfatizando la urgencia de estas solicitudes mientras continúa el conflicto.