Investigadores han reconstruido digitalmente las carreteras medievales de Inglaterra y Gales, revelando la perdurable influencia de la infraestructura romana en los patrones de viaje. Mediante la aplicación de la tecnología de Sistemas de Información Geográfica (SIG) al Mapa de Gough, un manuscrito detallado del siglo XV, historiadores y arqueólogos digitales han obtenido información sobre la evolución de las rutas de viaje tras el declive de la Britania romana.
El proyecto se centra en la interpretación de las líneas rojas del Mapa de Gough, previamente descartadas como decorativas, como representaciones de carreteras medievales reales. El equipo de investigación comparó estas rutas con las carreteras romanas supervivientes, encontrando fuertes correlaciones en centros urbanos como Londres, Winchester y Leicester, donde las estructuras romanas persistieron.
Por el contrario, las regiones con asentamientos romanos abandonados, como Old Sarum y Venta Icenorum, mostraron menos continuidad de ruta. Los investigadores analizaron restos arqueológicos, registros históricos, datos lingüísticos y evidencia ecológica para comprender estos patrones. Sus hallazgos sugieren que la supervivencia o desaparición de las carreteras romanas dependía de las condiciones y elecciones locales.
El estudio destaca que las rutas de viaje medievales fueron moldeadas por decisiones cotidianas, adaptándose al terreno local, los ciclos de cultivo, la política y las necesidades, en lugar de únicamente por la planificación imperial o los centros económicos. Esta reconstrucción digital, similar a iniciativas europeas como Viabundus e Itiner-e, ofrece una valiosa herramienta para comprender cómo las capas históricas moldearon los paisajes medievales y cómo las personas organizaron su mundo.