Arqueólogos han desenterrado un sitio de entierro en İzmir, Turquía, que data del siglo III y contiene más que solo los restos de un gladiador romano.
Reutilizado en el siglo V para entierros cristianos, el sitio alberga doce cuerpos enterrados junto al antiguo guerrero, lo que indica una historia compleja del lugar, que luego se transformó en una basílica y luego en una iglesia con cúpula durante el reinado de Justiniano I.
Ubicado entre impresionantes ruinas, el sitio de entierro fue descubierto a solo veinte centímetros bajo la superficie. El equipo, dirigido por el profesor asistente Sinan Mimaroglu de la Universidad Hatay Mustafa Kemal, encontró una tumba y tres estructuras similares a tumbas con doce individuos en su interior.
Tras un examen cuidadoso, identificaron el nombre 'Eufrates' inscrito en la tumba original, perteneciente al gladiador romano. Además, descubrieron doce cuerpos adicionales y tres relieves de cruces del siglo V, lo que sugiere que estos individuos eran probablemente de alto estatus o del clero, ya que se considera poco probable que personas de clases bajas sean enterradas con tal meticulosidad.
La tapa de la tumba parece haber sido añadida en los siglos VII y VIII, y se realizaron reparaciones en el mosaico inferior después de la era de Justiniano.
En un descubrimiento relacionado en los suburbios del sur de París, un francés que renovaba su sótano encontró docenas de esqueletos medievales y diez sarcófagos. Los arqueólogos afirman que estos restos podrían proporcionar información valiosa sobre la población que habitó la región durante la temprana Edad Media y la Antigüedad.