Una nueva directiva federal que prioriza el desmantelamiento de campamentos de personas sin hogar y su reubicación a centros de tratamiento está provocando un intenso debate entre los defensores locales de la vivienda. La orden ejecutiva, diseñada para abordar la crisis de falta de vivienda, es vista por algunos como una desviación de las estrategias establecidas de "primero la vivienda", un enfoque que ha demostrado ser eficaz para mejorar los resultados de vivienda y la estabilidad a largo plazo. Organizaciones como Tenfold, que gestiona refugios de emergencia y permanentes, argumentan que la vivienda estable es un requisito previo para que las personas mejoren otros aspectos de sus vidas. Expresan su preocupación de que el desplazamiento forzado, tal como lo promueve la orden federal, podría generar una mayor inestabilidad y resultados negativos para la salud de las personas que experimentan la falta de vivienda.
Los funcionarios del condado de Lancaster, si bien mantienen su compromiso con el modelo "primero la vivienda", reconocen la posible tensión en los recursos locales de salud conductual debido al enfoque federal. Estudios indican que el modelo "primero la vivienda" puede reducir la dependencia de servicios de emergencia costosos, como visitas a salas de emergencia y hospitalizaciones. Por ejemplo, un ensayo controlado aleatorio en cinco ciudades canadienses encontró que los participantes del programa "primero la vivienda" pasaron el 73% de su tiempo en viviendas estables, en comparación con el 32% de aquellos que recibieron tratamiento estándar. En los Estados Unidos, investigaciones similares han demostrado que el modelo "primero la vivienda" conduce a una salida más rápida de la falta de vivienda y una mayor estabilidad en la vivienda con el tiempo. Por el contrario, las políticas que priorizan el tratamiento antes que la vivienda, a menudo denominadas "primero el tratamiento", imponen barreras significativas para acceder a la vivienda, como la exigencia de lograr objetivos de salud o empleo como condición para recibirla. Los desalojos de campamentos, a menudo denominados "barridos", pueden ser perjudiciales para la salud y el bienestar de las personas sin hogar, ya que pueden dañar las conexiones con la atención médica, comprometer la seguridad y la confianza cívica, socavar los caminos hacia la independencia y generar costos innecesarios para las comunidades. En el condado de Lancaster, la Coalición para Acabar con la Falta de Vivienda trabaja para erradicar la falta de vivienda a través de la coordinación de servicios, la promoción, la educación pública y la organización comunitaria, transformando el sistema hacia un enfoque "primero la vivienda". En 2011, había aproximadamente 481 personas sin hogar en el condado de Lancaster.