Tras los recientes eventos en Israel, crece la preocupación por la salud mental de los adolescentes y jóvenes. La trabajadora social Yael Avraham informa sobre un alarmante aumento de la ansiedad y el estrés entre los jóvenes desde el 7 de octubre, destacando una tendencia preocupante en una nación a menudo celebrada por su resiliencia.
A pesar de ser clasificado como uno de los países más felices del mundo, Israel enfrenta una crisis oculta. Los padres lidian con las consecuencias de suicidios adolescentes, y los proveedores de atención médica son reacios a discutir los desafíos de salud mental que asolan a la comunidad. El estigma en torno a las enfermedades mentales a menudo deja a las familias sintiéndose aisladas e impotentes.
Organizaciones como Gila's Way, fundada por el rabino Shalom Hammer tras la trágica pérdida de su hija por suicidio, están trabajando para educar y apoyar a las familias. Hammer enfatiza la importancia del diálogo abierto sobre la salud mental, instando a las comunidades a reconocer las señales de angustia y ofrecer apoyo.
La realidad es que los problemas de salud mental no son solo luchas personales; son desafíos sociales que requieren acción colectiva. Al fomentar la comprensión y la compasión, podemos crear un entorno donde las personas se sientan seguras para buscar ayuda. Abordar la salud mental no es solo un deber personal; es una responsabilidad comunitaria.